
Juniperus badia
Enebro arbóreo o enebro rojo
Familia Cupresáceas
Árbol perenne y dioico de crecimiento lento que puede alcanzar hasta los 15 metros de altura, con un tronco recto, pardo-grisáceo y fuertemente agrietado.
Sus hojas, aciculares y de color verde oscuro, presentan dos líneas estomáticas de color blanco en el haz.
Las flores son poco llamativas, agrupadas en conos separados por sexos. Los conos masculinos son amarillentos, cilíndricos, y se disponen en las axilas de las hojas; los femeninos se transforman en gálbulos carnosos, globosos o algo ovoides que maduran al segundo año, adquiriendo un color pardo rojizo característico.
Estos gálbulos, conocidos como “enebrinas” que son consumidas por la fauna local, lo que favorece la dispersión de sus semillas.
Se distribuye por la Península Ibérica y norte de África. En la Región de Murcia se localiza de forma puntual en sierras del interior y del noroeste (Moratalla), preferentemente sobre suelos básicos y bien drenados, formando parte de sabinares, pinares abiertos o matorrales, muchas veces acompañando a Quercus rotundifolia, Juniperus oxycedrus o Rosmarinus officinalis.
Especie muy resistente a la sequía, heladas y suelos pobres, lo que le confiere un importante valor ecológico como estabilizador de laderas y formador de suelo.
Antiguamente aprovechado por su madera densa y aromática, utilizada en ebanistería. Su fruto se utiliza para aromatizar la ginebra.
Debido a su forma y aspecto, esta planta es muy empleada en jardinería. Al destilar su madera se obtiene la miera de enebro o aceite de cade, que se usa con fines medicinales, sobre todo en tratamientos veterinarios.
Actualmente se llevan a cabo algunos proyectos de reforestación y conservación para recuperar sus poblaciones, dado su importante papel ecológico y su adaptación a condiciones extremas.