

Hammada articulata
Sosa
Familia quenopodiáceas
Arbusto perenne, de hasta 70 cm de altura, erecto y algo intrincado. Tallos articulados, el principal leñoso, pardo-ceniciento; ramas con segmentos de aproximadamente 5-7 mm, muy finos, de color verde oscuro. En los extremos de estos artejos se encuentran las hojas, muy reducidas, poco aparentes, amplexicaules, agudas. Flores axilares, generalmente solitarias, pero distribuidas a lo largo de ramillas terminales, con disposición espiciforme, de las que apenas son reconocibles 5 estambres. Fruto pequeño, redondeado, comprimido, que desarrolla expansiones membranosas, a modo de alas, coloreadas de tonos blancos, rosados o pardo claro.
Planta iberoafricana, en España presente solo en las provincias del sudeste árido ibérico y valle del Guadiana Menor (Córdoba, Granada, Jaén, Albacete, Almería, Murcia y Alicante), que asciende a los 500-700 m de altitud.
Prefiere terrenos calcáreos, margosos, secos y soleados. Muy resistente a la sequía y a largos periodos calurosos. Una vez implantada no necesita de riego.
Antiguamente fue muy apreciada la lejía obtenida de sus cenizas. También, se utilizó para hacer piedra de sosa, pero mezclada con otras plantas, para que no fuese demasiado fuerte.
Especie indicada para la restauración de terrenos y taludes margosos degradados del sureste peninsular.
Normativa: Decreto 33/1998 Castilla-La Mancha (interés especial).