


Glacium flavum
Amapola cornuda
Familia ranunculáceas
Planta bienal o vivaz, con tallo apenas peloso, ramificado, de hasta casi 1 m de altura, que al partirse desprenden un látex amarillo. Hojas de la base relativamente grandes, de hasta 30 cm de longitud, de mucho mayor tamaño que las caulinares, generalmente muy pelosas, lobuladas, dentadas, con dientes aristados, las superiores amplexicaules, abrazando al tallo. Flores pedunculadas, con sépalos de ovados a oblongos, provistos de tricomas dispersos. Pétalos amarillos, con frecuencia manchados en la base, de hasta 4 cm, anteras amarillas. Fruto de tipo cápsula, alargada, de 15-30 cm, cilíndrica, sin pelos, verrucosa, con frecuencia algo curvada y dirigida hacia abajo.
Especie distribuida por el sur y oeste de Europa, noroeste de África y suroeste de Asia, que alcanza las islas Canarias. Crece en zonas litorales, en terrenos arenosos o con gravas, por lo común algo alterados, hasta los 700-800 m de altitud. Tolera cierta salinidad y prefiere suelos básicos y con cierta cantidad de nutrientes. Requiere de lugares soleados, muy iluminados, y es resistente a periodos de sequía prolongada.
El jugo de la planta fresca tiene propiedades cicatrizantes y puede ser útil para tratar pequeñas heridas, aunque casi todas sus partes son tóxicas.
Planta indicada para la restauración de arenales litorales. Por la vistosidad de su roseta de hojas y la abundancia de su floración, con pétalos de intenso amarillo citrino, puede tener interés ornamental en xerojardinería.
Normativa: Decreto 120/2008 Cantabria (extinguida), Decreto 65/1995 Asturias (vulnerable).