Quercus ilex rotundifolia

Familia fagáceas

Árbol que puede alcanzar más de 25 m de altura, con una amplia copa redondeada. Su corteza es cenicienta y homogéneamente agrietada. Las hojas son coriáceas, verde sucio por el haz y blanquecinas por el envés, con un tamaño muy variable, de 2-

9 cm x 2-5 cm, suborbiculares o elípticas. Las hojas juveniles y las basales son generalmente dentadas y espinosas en el borde. Las flores masculinas se agrupan en amentos colgantes. Las bellotas tienen hasta 3,5 cm de longitud y su cúpula está formada por escamas aplicadas.

Se distribuye por región Mediterránea, encontrándose en casi todas las provincias españolas y muchas portuguesas, así como en las islas Baleares. En el norte peninsular (desde Asturias a Cataluña) y en litoral mediterráneo se presenta Quercus ilex, que posee hojas lanceoladas y las juveniles aserradas, no espinosas.

Se desarrolla sobre todo tipo de suelos, siempre que las precipitaciones superen los 350 mm anuales. Necesita el sol directo para su buen desarrollo, alcanzando los 2.000 m del altitud, siendo resistente a heladas.

En una situación idílica, este árbol debería ser el más extendido en la península Ibérica, siendo una planta emblemática. Es un componente principal de las dehesas, donde contribuye con sus bellotas a la montanera del cerdo ibérico. Además, fue un alimento muy utilizado por el hombre desde la Prehistoria, con la que también se hacía harina. Su leña es muy reputada por el alto poder calorífico y su madera dura y densa. Parece que desde la antigüedad se ha venido llevando a cabo una selección de individuos que tenían las bellotas más dulces, favoreciéndose mediante siembra respecto a los ejemplares con bellotas más astringentes.

Normativa: Decreto 65/1995 Asturias (interés especial), Decreto 50/2003 Región de Murcia (interés especial). Real Decreto 289/2003 comercialización materiales forestales de reproducción.