


Mentha rotundifolia
Menta de caballo
Familia Labiadas
Hierba perenne, algo leñosa en la base, estolonífera, que forma tapices densos en condiciones favorables y es más abierta en lugares más secos. Los tallos alcanzan los 90 cm de altura y son pelosos, especialmente en los nudos. Las hojas son tomentosas, especialmente por el envés, de elípticas a ovadas, de hasta 50 mm x 35 mm. Las flores se agrupan en espigas densas terminales, siendo de color blanquecino o rosado, de hasta 4 mm. Puede florecer durante casi todo el año, salvo los meses más fríos.
Se reparte por toda la región Mediterránea y Europa Central. En la Península Ibérica se presenta prácticamente en todas las provincias.
Vive en suelos húmedos, como pastizales y juncales en las cercanías de arroyos, charcas, acequias, etc. Prefiere los sustratos ácidos, alcanzando los 1.700 m de altitud.
Se ha utilizado en perfumería y como insecticida. El cultivo de las mentas es muy sencillo por la potencia de su sistema radicular estolonífero, capaz de regenerarse con facilidad. Las mentas atraen a gran cantidad de insectos polinizadores.