Hedera helix

Hiedra

Familia Araliáceas

Planta arbustiva trepadora, alcanzando hasta 10 m de longitud o más, con un follaje denso. Tallos leñosos, fuertes y sinuosos, el principal convertido en tronco grueso en los ejemplares más longevos, de hasta 50 cm de diámetro. A lo largo del tallo surgen y se desarrollan numerosas raíces aéreas adventicias que se fijan con fuerza a su soporte o apoyo para crecer en vertical. Hojas pecioladas, coriáceas, alternas, triangulares y romboideas en las ramas floríferas, palmeadas en las restantes, con 3-5 lóbulos, de color verde intenso por el haz, habitualmente más largas que anchas, de hasta 10 cm de longitud.

Flores pequeñas, verdosas, dispuestas en grupos umbeliformes. Fruto redondeado, de tipo baya globosa, negra en la madurez, de 0,5–0,7 cm de diámetro.

Especie de amplia distribución eurasiática, que alcanza África boreal, la India y Japón, etc., que crece en bosques y roquedos de zonas húmedas y sombrías, hasta altitudes de 1.600–1.700 m. En la península Ibérica se presentan otras dos especies de hiedra difíciles de separar de Hedera helix a simple vista: H. hibernica y H. maderensis subsp. iberica.

Tolera bien las heladas, pero es sensible a la sequía. Prefiere la sombra y los suelos húmedos bien drenados. Cuando se planta debe valorarse la extensión que puede alcanzar, la dificultad de su retirada y los daños que pueden causar sus raíces sobre las superficies. También puede plantarse en el suelo como tapizante. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Murcia puso en marcha el Plan Hiedra en 2020, que potencia el uso de esta planta para revegetar y reverdecer el municipio, impulsando su plantación en más de 25.000 m² de parterres municipales.

Los tallos jóvenes proporcionaron tintes de color amarillo o marrón. La madera tiene usos medicinales y ha sido empleada para calmar la tos persistente y como antiespasmódico. Las hojas cocidas se utilizaron como cicatrizante y los frutos como purgante, aunque son tóxicos. También se utilizaron en las bacanales de las civilizaciones antiguas porque potenciaban los efectos del alcohol. La flor se usó como atrayente amoroso, citándose en los filtros de La Celestina.

Planta muy ornamental, que ya fue utilizada en los jardines romanos, de la que existen además multitud de variedades de cultivo y otras especies exóticas similares en los viveros. Sus flores, que aparecen en otoño, atraen a multitud de insectos, especialmente a sírfidos.

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