

Juniperus thurifera
Sabina albar
Familia cupresáceas
Árbol dioico, de hasta 10-12 m de altura, con tronco grueso, de corteza grisácea, agrietada, fibrosa, y copa densa, oscura, cónica, amplia o irregular en los ejemplares viejos. Ramas patentes, con hojas perennes, escuamiformes, imbricadas, habitualmente en número par, opuestas, dispuestas en cuatro hileras, de ovadas a lanceoladas o romboidales, no mayores de 2 mm de longitud. Fruto de tipo gálbulo, redondeado y globoso, de hasta 1 cm de diámetro, azulado o negruzco, según el estado de maduración, que contiene hasta 6 semillas.
Planta del Mediterráneo occidental, presente en el norte de África, isla de Córcega, sureste de Francia y España, que habita páramos y laderas en zonas frías de territorios calizos, principalmente entre 800-1.600 m de altitud en la península Ibérica, hasta los 3.000 m en el Alto Atlas marroquí.
Tiene un crecimiento muy lento y necesita lugares con inviernos duros, con muchas horas de frío intenso. Tolera la sequía estival mediterránea y acepta suelos pobres en nutrientes.
De antiguo se ha aprovechado su madera, resistente, pero no muy dura, aromática, para elaborar productos selectos de ebanistería y esculturas, e incluso vigas, puertas y ventanas para casas. En algunas zonas de España, donde es una especie habitual (Soria, Cuenca, etc.), se usaba para recubrir el interior armarios roperos, con el fin de alejar polillas y otros insectos.
Normativa: Decreto 18/1992 Comunidad de Madrid (sensible a la alteración de su hábitat), Decreto 50/2003 Región de Murcia (vulnerable), Decreto 129/2022 Aragón (régimen de protección especial), Decreto 200/2001 Castilla-La Mancha (interés especial, régimen de regulación de aprovechamientos tradicionales), Resolución AAM/732/2015 Cataluña (vulnerable). Real Decreto 289/2003 comercialización materiales forestales de reproducción.