
Iris pseudacorus
Lirio de río
Planta herbácea, perenne, con rizoma horizontal, grueso, de hasta 3 cm de diámetro, muy dividido o ramificado, del que parten numerosas raíces fibrosas y flexibles. Hojas principalmente basales, con forma de espada, alargadas, de hasta 1 m de longitud y aproximadamente 3 cm de ancho, algo recurvadas. Tallos de la inflorescencia con hojas envainadoras, de hasta 40 cm de longitud, y dos brácteas de oblongas a lanceoladas, la externa de margen membranoso y algo hinchada, acompañando a cada flor. Flores en número de 2 a 10, terminales, sobre pedicelos de hasta 10 cm, con piezas de color amarillo intenso; los tépalos externos tienen limbo patente, con manchas basales de naranjas a pardas, como rayadas, los internos presentan estigmas petaloideos, con apariencia de pétalos, son erectos, oblongo-lanceolados y no tienen manchas. Fruto de tipo cápsula, de ovoide a oblonga, con extremo apiculado, que contiene numerosas semillas, con forma de disco, amarillentas, de aproximadamente de 6 mm de diámetro.
Especie de Europa, norte de África, islas macaronésicas y suroeste de Asia, que crece comúnmente junto a cursos de agua, en ríos, lagos, acequias, etc., hasta los 1.250 m de altitud. Requiere de suelos arenosos o limosos, muy húmedos o inundados, y zonas que no sean muy frías.
Planta muy valiosa en la restauración de riberas de ríos, por su capacidad fijadora y protectora en los márgenes de cursos de agua. Además, contribuye a la depuración de aguas residuales.
Sus grandes flores amarillas le otorgan un indudable valor ornamental, por lo que no debería faltar en los estanques de los jardines.
Históricamente, a la peculiar forma de la flor de los lirios, se le ha otorgado significado especial como símbolo heráldico. Se ha indicado que la famosa Flor de Lis, incorporada a numerosos emblemas y escudos de la vieja nobleza europea, posiblemente está inspirada en este lirio amarillo. Por ejemplo, tres Flores de Lis se encuentran en el escudo de la Casa de Borbón, dinastía de los reyes de España desde el siglo XVI y Felipe V, motivo por el que el escusón de los Borbón-Anjou está presente en el centro del escudo constitucional español, donde volvió a ser incorporado en 1981, a los pocos años del comienzo del reinado de Juan Carlos I.